Con más de 170 años de historia, Stanley es una de las marcas líderes en la producción de herramientas de trabajo. En los últimos años la marca ha crecido enormemente abarcando nuevos sectores como la seguridad, la salud, las infraestructuras o los campos de petróleo lo que generó en la empresa la necesidad de ofrecer una nueva definición de quiénes son a día de hoy.
Este proyecto de reposicionamiento ha sido llevado a cabo por la consultora internacional Lippincott(www.lippincott.com), protagonista de este magazine en varias ocasiones, como en los casos deHoughton Mifflin Harcourt (ver aquí), MFS (ver aquí), Actavis (ver aquí), Ebay (ver aquí) o el reciente caso de Avianca (ver aquí).
Para un correcto entendimiento de su diversidad y su crecimiento global, Stanley necesitaba cambiar la percepción que se tenía de ella como una empresa dedicada únicamente a la fabricación de herramientas. Por tanto, el principal reto de Lippincott era conservar la potente herencia y buena percepción que ya se tenía de la marca y elevarlos a un nuevo nivel de gran compañía multi-industrial.
La nueva identidad visual respeta gran parte de la herencia del viejo Stanley aunque la enfoca en una nueva dirección. El nuevo logo es más dinámico, libera la palabra Stanley del recuadro contenedor aunque mantiene el concepto de la muesca mediante el corte representado en la “N”, en el centro de la palabra. La forma resultante de esta muesca es una especie de flecha ascendente, muy en consonancia con la nueva idea de marca “performance in action”. Finalmente, el logo mantiene los míticos colores negro y amarillo, reconocidos y asociados mundialmente a la marca.